miércoles, 6 de junio de 2012

Al Final de una Materia de Moral


Hoy termine un curso de Moral que he estudiado en este semestre, me ha servido de mucho para crecer como persona y madurar como cristiano, ¿Por qué digo esto? Porque a lo largo del curso he podido analizar como la moral es de suma importancia para nuestra vida cotidiana de cristianos. Uno de los puntos que más me llamo la atención fue el hecho de que la moral no puede ser vista como “un recetario de cocina” donde todo ya está dicho o escrito, donde se ve a la persona humana como un simple objeto.
Sino mas bien la moral tiene la obligación de discernir sobre cuál es la vocación de la persona, conocer a la persona y sus problemas para poder así ayudarle en sus dificultades, porque la moral cristiana sólo significa un cambio en lo intimo del sujeto: una 'opción fundamental', un 'compromiso', una respuesta a Cristo en la fe-amor para que sepamos descubrir en ella el llamado de salvación y conversión a Dios.
Y esto nos lleva al tema de la conciencia del hombre ya que la conciencia es por así decirlo el sagrario del hombre, es lo más íntimo de la persona; es en la conciencia, donde Dios habla al hombre y esta descubre al creyente el precepto máximo del amor, por lo tanto es preciso actuar siempre con conciencia verdadera. La Conciencia es libre, por lo que no debe ser violentada por nadie: Dios mismo respeta la libertad de la persona humana. Pero el hombre no es libre para no formar su conciencia: está obligado a asumir los medios necesarios para formar una conciencia recta.


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